Foto con mis estudiantes durante práctica en el colegio Leonardo Posada Pedraza. 2009 - 1
Foto de: Sandra Rodriguez Arias
Cuando uno elige ser docente adquiere un compromiso muy grande con aquellos seres que llegan a nuestras manos, pues el ser docente no implica únicamente el hecho de transmitir una serie de conceptos y ya, no, es más que eso, es tener conciencia de que además del compromiso académico, hay también un compromiso educativo y ante todo social, llegando a ejercer una gran influencia a nivel personal con cada una de esas personas con las que interactuamos en nuestra profesión, es decir, específicamente en nuestros estudiantes.
Ser profesor, sin excepción alguna, implica desde un comienzo haber construido paso a paso una vocación solida, que nos dé el carácter y la paciencia suficiente y necesaria para trabajar transmitiendo diferentes conocimientos y logrando el entendimiento suficiente en nuestros estudiantes. En el transcurso de esta profesión, lo más importante es entender que se estudia para “aprender a enseñar”, para comprender la mejor forma de dar a conocer aquello que sabemos y que otros también necesitan aprender y por otro lado, para adquirir mayores habilidades a la hora de enfrentar infinidad de situaciones que se pueden dar dentro del aula y en general dentro de cualquier comunidad académica. Es indispensable, dentro de nuestra profesión, saber qué queremos dará a conocer, cuál es la mejor forma de darlo a conocer, para lo cual es necesario tener en cuenta el tipo de población con la que se trabaja, también qué medios o estrategias son las más adecuadas para lograr esto y en fin, todo tipo de estrategias que me permitan, como docente y en este caso especifico de matemáticas, el desarrollo de un aprendizaje significativo en mis estudiantes, promoviendo ante todo, la puesta en juego de todos sus conocimientos y habilidades hagan que el nivel de educación impartida sea cada vez de más calidad.
Sin embargo, como dicen por ahí, “nada en esta vida es fácil” y conseguir todo lo mencionado anteriormente, implica una labor ardua y un compromiso con la profesión, con nosotros mismos y con quienes serán en un futuro nuestros estudiantes; en el caso de estos últimos, el mayor compromiso y el que implica uno de los aspectos más favorables de esta profesión, es saber que con la educación se está promoviendo de una u otra manera una intervención directa o indirecta en el progreso de nuestra
sociedad, creando conciencia en nuestros estudiantes sobre las difíciles circunstancias por las que atraviesa nuestro país y el compromiso que ellos pueden adquirir para mejorarlas o para empeorarlas.Foto con mis estudiantes durante práctica en el colegio Leonardo Posada Pedraza. 2009 - 1
Foto de: Sandra Rodriguez Arias
Pero ¿Por qué escoger esta carrera? Y específicamente ¿Por qué las matemáticas?, todo tienen una razón de ser y es que simplemente ser docente como ya lo he mencionado en todo el documento, es una labor social y que exige un gran compromiso y la matemática, porque hace parte de nuestra cotidianidad, porque creo que hay que cambiar la imagen que tienen muchas personas acerca de que las matemáticas son “el terror, el dolor de cabeza y la materia que casi nadie quiere y con la que muchos enfrentan duras batallas académicas”, hay que tratar de acabar, de una u otra manera, con este estigma que desde siempre ha pesado sobre la reputación de las matemáticas. Es necesario entender que no solo se trata de números, letras y algoritmos, sino que también se trata del mejor medio para explicar aquello que nos rodea, los diferentes fenómenos, las diferentes situaciones con las que nos enfrentamos a diario y además porque la matemática está presente en gran, mediana o pequeña proporción dentro de todo con lo que interactuamos, además de estar en estrecha relación con el resto de campos del conocimiento
Finalmente creo que durante mi formación como docente de matemáticas, la influencia que ha ejercido sobre mí, mi carrera, mis compañeros, profesores, y demás, ha sido muy grande de una u otra manera todos han aportado algo a mi forma de pensar, actuar, razonar, de ver y analizar las cosas que pasan a mi alrededor, cosas que tal vez en otros momentos no percibía o simplemente ignoraba porque consideraba que no me afectaban, especialmente a nivel de la sociedad. Por otro lado, como todo en la vida, hay también aspectos malos que fácilmente hubiera dejado que entraran a mi vida a ejercer alguna tipo de influencia, pero no fue así, yo fui más fuerte que ellos y logre alejarme de aquello que a mi modo de ver no aportaba nada ni a mi profesión ni a mi vida.
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